domingo, 26 de diciembre de 2010

MARCO AURELIO

El martes 4 de octubre el Presidente Lagos condecoró a Marco Aurelio García con la Orden al Mérito Bernardo O’Higgins, la que se otorga a ciudadanos extranjeros por servicios prestados a Chile. 

Marco Aurelio es asesor en política internacional del Presidente de Brasil, Lula da Silva, y su aporte ha sido fundamental para revitalizar el Mercosur e impulsar la Comunidad Sudamericana de Naciones. Sus esfuerzos, unidos a los del Canciller Amorín, han permitido que nuestros países miren con mayor optimismo la integración sudamericana, lo que además ha favorecido una actitud negociadora más firme frente a los EE.UU y en el ALCA. Gracias a Marco Aurelio, nuestras relaciones con Brasil se han hecho más fluidas con una mútua recuperación de confianzas. Estos son méritos suficientes para recibir la condecoración. 

Sin embargo, los méritos son muchos más. Marco Aurelio conoce muy bien a Chile y los chilenos. Se exilió, junto a su esposa Elisabeth, en nuestro país cuando la dictadura brasileña estrechaba el cerco sobre los demócratas. Lo recibimos con entusiasmo en el Centro de Estudios Socio-Económicos (CESO) de la Universidad de Chile, dónde también nos acompañaban Theotonio, Vania, Ruy Mauro y Emir Sader. 

Estos amigos brasileños, junto a Gunder Frank, Tomás Vasconi y tantos otros, entregaron un aporte sustantivo al desarrollo de las ciencias sociales en nuestro país. Los estudiantes de la Escuela de Economía, de la calle República, nunca los olvidarán. Gracias a ellos, y a la experiencia de la Unidad Popular, enseñaron a una generación que la teoría era gris frente al verde árbol de la vida y, también, que la firmeza de convicciones entregaba mayores satisfacciones que el usufructo del poder o la subordinación acrítica al mismo. 

Marco Aurelio fue consecuente con sus enseñanzas: luchó contra las dictaduras brasileña y chilena y perseveró incansablemente para que Lula llegara a ser Presidente. 

Pero, Marco Aurelio no ha cambiado. Sigue siendo el mismo de siempre. Han pasado treinta y cinco años desde que nos conocimos. Nos hemos encontrado esporádicamente y cada vez es como si no nos hubiéramos dejado de ver. 

Está en el poder, al lado de Lula, pero sigue recordando, con la misma alegría y afecto, a la gente más humilde con la que compartimos en el Ceso. Sabe reírse de si mismo, sigue ironizando sobre los poderosos y no soporta a los serviles. No se enoja porque nuestros amigos Theotonio o Emir critican la política económica de Lula. Es que es un demócrata de verdad y sabe respetar a las personas. El poder no lo ha trastornado. Por esto es que sigo apreciando a Marco Aurelio. 

Marco Aurelio: tus amigos estamos orgullosos por la condecoración que te ha dado el Gobierno de Chile. Recíbela como un reconocimiento al aporte que le has entregado a nuestro pueblo. No sólo porque eres asesor de Lula, sino también por tus aportes intelectuales y políticos en los tiempos de Salvador Allende y por tus luchas contra Pinochet. 

Ya no están con nosotros Rui Mauro, Tomás Vasconi y el gringo Frank, pero estoy seguro que cada uno, en su propio estilo, estaría orgulloso por tu condecoración. 

Tampoco está contigo tu querida esposa Elisabeth, pero estaría feliz, como lo está ahora tu hijo León, por esta medalla que a ti te hace más chileno y a nosotros nos acerca algo más a los brasileños. 

11-10-05

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