La mayor parte de los economistas chilenos y el duopolio de las comunicaciones nos quieren convencer que la política económica de los Kirchner ha resultado un fracaso. Ello no favorece al numeroso empresariado chileno con inversiones de US$ 15.000 millones en Argentina, quienes han disfrutado de elevados beneficios en este país.
El gobierno de Menem condujo a Argentina a una tragedia social y económica sin precedentes, con aguda disminución de la actividad productiva, inmanejable endeudamiento internacional, fuga masiva de capitales y una pobreza vergonzante. El gobierno del Presidente Duhalde realizó denodados esfuerzos para salir de la crisis, pero en realidad fue el Presidente Kirchner el que sentó las bases de la recuperación económica argentina.
A partir del Gobierno de los Kirchner, el crecimiento económico ha promediado un 8% anual desde el 2004 al 2008[1], con un superávit fiscal primario que no baja del 3% anual[2] y un superávit de la balanza comercial de US$ 10.000 millones cada año desde el 2003 a la fecha y con un record de US$ 72.406 millones de exportaciones en 2008[3].
El gobierno de Menem condujo a Argentina a una tragedia social y económica sin precedentes, con aguda disminución de la actividad productiva, inmanejable endeudamiento internacional, fuga masiva de capitales y una pobreza vergonzante. El gobierno del Presidente Duhalde realizó denodados esfuerzos para salir de la crisis, pero en realidad fue el Presidente Kirchner el que sentó las bases de la recuperación económica argentina.
A partir del Gobierno de los Kirchner, el crecimiento económico ha promediado un 8% anual desde el 2004 al 2008[1], con un superávit fiscal primario que no baja del 3% anual[2] y un superávit de la balanza comercial de US$ 10.000 millones cada año desde el 2003 a la fecha y con un record de US$ 72.406 millones de exportaciones en 2008[3].
Todo ello se ha visto facilitado con una política cambiaria muy activa, administrada según las devaluaciones de los socios comerciales. Así las cosas, la deuda argentina se ha reducido desde el 150% del PIB a menos del 50% en el 2008[4], lo que incluye el pago de los compromisos con el FMI.
Por otra parte, la pobreza que generó Menem y que alcanzó el 55% en el 2003 se redujo al 24% en 2008[5]. Al mismo tiempo, el fortalecimiento de la negociación colectiva ha permitido el aumento de la participación de los asalariados en el ingreso desde el 34.7% en 2003 al 43.9% en 2008[6], mientras el desempleo se redujo desde 33.8%, en el peor momento de la crisis, a sólo el 7.5% en 2008[7].
Por otra parte, la pobreza que generó Menem y que alcanzó el 55% en el 2003 se redujo al 24% en 2008[5]. Al mismo tiempo, el fortalecimiento de la negociación colectiva ha permitido el aumento de la participación de los asalariados en el ingreso desde el 34.7% en 2003 al 43.9% en 2008[6], mientras el desempleo se redujo desde 33.8%, en el peor momento de la crisis, a sólo el 7.5% en 2008[7].
Estas cifras son envidiables miradas desde la mala distribución del ingreso existente en Chile, y por cierto preocupante para esa ortodoxia que se ha obsesionado con desproteger a los trabajadores imponiéndoles flexibilización laboral.
También la política pública argentina ha impulsado el retorno al sistema de pensiones por repartición ya que, al igual que en Chile, la capitalización individual entregaba pensiones insatisfactorias que obligaban al Estado a subsidiar las jubilaciones.
También la política pública argentina ha impulsado el retorno al sistema de pensiones por repartición ya que, al igual que en Chile, la capitalización individual entregaba pensiones insatisfactorias que obligaban al Estado a subsidiar las jubilaciones.
Finalmente, el aumento del gasto público en educación ha aumentado paulatinamente su financiamiento para alcanzar la meta de 6% como porcentaje del PIB para el año 2010, indicador sugerido por la propia UNESCO para el mejoramiento de la calidad.[8]
Por cierto resulta difícil a la ortodoxia chilena una política de precios regulados para los alimentos básicos. Como también molesta al pensamiento dominante el aumento de las “retenciones” (impuestos a las exportaciones) o cuotas de exportación a la carne, leche, trigo, soja, maíz, sorgo, medidas que apuntan a desvincular los precios internos de los externos, para redireccionar ingresos hacia otros sectores.
Por cierto resulta difícil a la ortodoxia chilena una política de precios regulados para los alimentos básicos. Como también molesta al pensamiento dominante el aumento de las “retenciones” (impuestos a las exportaciones) o cuotas de exportación a la carne, leche, trigo, soja, maíz, sorgo, medidas que apuntan a desvincular los precios internos de los externos, para redireccionar ingresos hacia otros sectores.
Con la crisis del 2009, los anuncios catastrofistas sobre la debacle argentina tuvieron un gran eco en Chile. Sebastián Edwards, uno de sus principales gurus, anunció, sin vacilaciones que Argentina sería una de las naciones más afectadas y que Chile, sin embargo, gracias a su “buenas políticas”, desafiaría la crisis con éxito.
El argumento de Edwards sostenía que caerían vigorosamente las exportaciones y que la desconfianza política en el gobierno de Cristina Kirchner frenaría la inversión externa y finalmente que el país entraría en cesación de pagos.
Los malos augurios resultaron completamente equivocados. La economía argentina salió airosa del la crisis del 2009, creciendo al 0,9%, mientras la economía chilena disminuyó su crecimiento en 1,5% por ciento durante el año pasado.
En suma, la nueva estrategia de desarrollo en el país vecino ha recuperado la actividad económica y el progreso social, gracias al mejoramiento de la posición negociadora de los trabajadores y a una política económica heterodoxa que a la fecha ha sido exitosa.
En suma, la nueva estrategia de desarrollo en el país vecino ha recuperado la actividad económica y el progreso social, gracias al mejoramiento de la posición negociadora de los trabajadores y a una política económica heterodoxa que a la fecha ha sido exitosa.
Los economistas chilenos debieran entender que es un error mirar la política económica argentina con sus propios parámetros.
20-07-10
20-07-10
[1] Pagina web Banco Mundial
[2] Banco Central de la Republica de Argentina
[3] E&R en base a datos del Ministerio de Economía, publicado en Urgente24 – diario digital
[4] Banco Central de la Republica de Argentina
[5] Pagina12, “ Logros Sociales Modestos”, Guillermo Cruces y Leonardo Gasparini (Cedlas – Universidad Nacional de La Plata ) , 25 de mayo 2009
[6] Pagina12 , “Profundizar el Modelo”, de Alejandro Barrios (Fetyp), 25 de mayo 2009
[7] Pagina web Banco Mundial
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