martes, 23 de noviembre de 2010

UN HALCON EN EL BANCO MUNDIAL

Bush no tiene términos medios. Hace lo que quiere. Al proponer al segundo hombre del Pentágono como Presidente del Banco Mundial ha sido consistente con el hegemonismo y el unilateralismo que caracteriza su política internacional. Por su parte, el Banco Mundial, con Wolfowitz a la cabeza, ya no nos confundirá más con su retórica de lucha contra la pobreza. 

En los años ochenta el Banco Mundial, junto al FMI, implementó rigurosamente el “Consenso de Washington”, imponiendo a los países del Tercer Mundo la desregulación de sus economías, el achicamiento del Estado, las privatizaciones, la apertura de los negocios al capital transnacional, el debilitamiento de la posición negociadora de los trabajadores y la entrega de la salud, educación y previsión a los empresarios. 

Posteriormente, como las “reformas estructurales” aumentaron la pobreza y ampliaron las desigualdades, los burócratas del Banco Mundial, bajo la dirección de James Wolfelsohn, cambiaron de énfasis dedicando sus esfuerzos a “aliviar” los déficit sociales, que ellos mismos habían provocado. 

Bajo la dirección de Paul Wolfovitz, el Banco Mundial terminará con la esquizofrenia. 

El halcón de garras más afiladas, el estratega de la guerra contra Irak, es hoy el Presidente del Banco Mundial, con la aprobación de los 24 miembros de su Directorio. Es interesante destacar que el nombramiento de Paul Wolfovitz se realiza en momentos que se ha probado fehacientemente que Irak no se encontraba en posesión de armas de destrucción masiva cuando se llevó a cabo la invasión de los Estados Unidos. Según todos los indicios existentes fue precisamente Wolfowitz, a partir de la Oficina de Planeación Especial (OPE), quien fabricó las evidencias que se emplearon para justificar la invasión y ocupación de Irak. 

El derrumbe de la Unión Soviética colocó las concepciones de Wolfowitz en la vanguardia del conservadurismo. Su argumento principal ha sido que los Estados Unidos deben bloquear la emergencia de cualquier competidor potencial a la hegemonía económica, política y militar, especialmente de países industrializados como Alemania y Japón. 

Por otra parte, abogó por la instauración de un nuevo régimen en Bagdad, después de haber lamentado que el ejército estadounidense no permaneciera en suelo iraquí para derrocar a Sadam Hussein, cuando la guerra con Kuwait. Luego, como segundo hombre a cargo del Pentágono, y en complicidad con el Donald Rumfeld, Ministro de Defensa y del VicePresidente, Dick Cheney, pudo convertir en realidad su teoría de la “guerra preventiva”, precisamente en Irak. 

El actual Presidente del Banco Mundial es un teórico de la guerra. Sus prioridades políticas y profesionales están muy alejadas del tema de la pobreza, aunque en verdad en Irak ha ayudado a profundizarla. 

Como lo ha dicho Stiglitz para la televisión británica, el Banco Mundial se convertirá ahora en "un instrumento explícito de la política exterior de Estados Unidos"

Bush es un hombre sin matices. Al colocar a un halcón a la cabeza del Banco Mundial, le ha señalado a la comunidad internacional su decisión de imponer la voluntad imperial por sobre cualquier otra consideración. 

Europa, Japón y los “países en desarrollo” al ratificar a Wolfowitz han puesto en evidencia una inmensa debilidad, con costos que se harán sentir a lo largo de las próximas décadas. 

07-03-05

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