lunes, 22 de noviembre de 2010

BUSH Y EL DILEMA DE CHILE

Heraldo Muñoz constató con su amiga Condoleezza Rice, consejera de seguridad del Presidente de los Estados Unidos, que los tambores de la guerra comenzarán a tronar en los próximos meses en el Medio Oriente. Incómoda posición para el gobierno de Chile que, a partir de enero, ocupará una silla en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. 

El embajador Juan Gabriel Valdés deberá desplegar eximio talento para equilibrarse entre el unilateralismo de Bush en su guerra con Irak y el interés de Chile por alcanzar un Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Es cierto que tanto el apoyo a la empresa MacDonald´s como la compra de los F 16 pavimentaron el camino, pero la prueba definitiva será probablemente el comportamiento de Chile frente al tema Irak. 

El Presidente Bush, como buen texano, es hombre de decisiones claras aunque éstas incendien el planeta. Después que el comandante de las fuerzas en el Golfo Pérsico- General Tommy Franks- presentó el plan de guerra, Bush dejó en claro que los Estados Unidos estaban prestos a atacar unilateralmente a Irak en su discurso ante Naciones Unidas del 12 de septiembre. 

Luego, el 19 de este mismo mes, solicitó ante el Congreso poderes para utilizar la fuerza militar, advirtiendo que “ Si el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no resuelve el problema, los Estados Unidos y algunos de sus amigos lo harán”. 

La posición de los Estados Unidos de atacar militarmente a Irak pese a quien pese se funda en componentes ideológicos, políticos y económicos. 

Aprovechándose del drama nacional que significó el ataque terrorista del 11 de septiembre del 2001, los halcones de la Casa Blanca y el Pentágono intentan rescatar el honor perdido en Vietnam. A ello se une la intención de restaurar la política del Destino Manifiesto, asegurando para todo el siglo 21 su hegemonía política imperial. 

Al mismo tiempo, tal política le permitirá a Estados Unidos garantizar a largo plazo sus fuentes de abastecimiento de petróleo, las que encuentran en tierras de Irak la segunda reserva mundial más importante después de Arabia Saudita. 

“Los bárbaros fieros”, a que se refería Rubén Darío, no han tenido en cuenta las consecuencias de su decisión. 

Los contradicciones de Estados Unidos con Europa se acrecentarán, con la excepción de Inglaterra, cuyo Primer Ministro se olvidó de la “ tercera vía” y está dispuesto a dar “su propia sangre” para consolidar la alianza anglosajona; China y Rusia probablemente fortalecerán su potencial nuclear; el fundamentalismo islámico generalizará el terror; el África negra se consumirá en la pobreza y el sida; y, América Latina sólo llamará la atención de los Estados Unidos por la guerra en Colombia, la que seguramente se hará más cruenta en los próximos meses. 

El mundo será muy peligroso en el tiempo que viene. 

Bajo tales condiciones el gobierno del Presidente Lagos, que ha buscado una alianza estratégica con los Estados Unidos para obtener el botín que supuestamente significa el Tratado de Libre Comercio, se encontrará en un serio dilema: ayudar a tocar los tambores de la guerra bajo las presiones de la política internacional de Bush o desafiar esta política y promover los esfuerzos multilaterales de paz en Naciones Unidas, al costo de que no se suscriba el acuerdo comercial tan anhelado con los Estados Unidos.

23-09-02

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