sábado, 20 de noviembre de 2010

¿Quién ganó con Pinochet?


La familia de Pinochet, los militares al servicio de sus intereses personales y sus testaferros han caído en desgracia. La detención y procesamiento de los 23 allegados al dictador han puesto las cosas en su lugar. Los años de impunidad produjeron represión, exilio y muerte, pero también corrupción y robo. Las dudas han terminado.


Los nietos de Pinochet cargarán con la vergüenza de llevar un apellido que simboliza el crimen y la deshonestidad. El que se consideró con derecho a matar y enriquecerse a costa del Fisco ha legado a sus descendientes la ignominia. A Moreira y Labbé esto no les importa. Son los únicos representantes de la derecha que se parecen en las horas difíciles. Ambos han sido leales al dictador y han asumido la vergüenza.


No sucede lo mismo con los dirigentes connotados de la derecha a pesar que, junto a Jaime Guzmán, convirtieron a Pinochet en el operador de su proyecto político. Se darán cuenta hoy día que no ganaron con el golpe de Estado ni con el apoyo y usufructo del régimen militar. Los beneficios económicos que les otorgó el poder, las arbitrariedades que incorporaron a la Constitución del 80 para obtener una mayor representación parlamentaria y el apoyo de la prensa no les han servido para ganar el reconocimiento de la ciudadanía y hasta ahora les ha cerrado las puertas a la presidencia.


Las Fuerzas Armadas tampoco ganaron con Pinochet. El buque escuela Esmeralda, lugar de tortura en 1973, sufre violentas protestas cada vez que recala en puertos lejanos. Carabineros de Chile, recién ha recuperado su prestigio ante la ciudadanía, pero sus funcionarios se averguenzan de los degollamientos de Natino, Parada y Guerrero. La Fuerza Aérea oculta los nombres de los pilotos que bombardearon La Moneda y el de los torturadores del General Bachelet y del Capitán Vergara. El General Cheyre y el actual Comandante en Jefe, General Izurieta, han debido desplegar inmensos esfuerzos y sabiduría para retomar el camino institucional del Ejército.


Muchos militares pensarán, ahora, que no valió la pena arruinar el prestigio de las instituciones armadas para enfrentar una guerra inexistente y sostener a un gobierno corrupto.


Al final de cuentas la historia convirtió en perdedores a la derecha política, a los militares y a la familia Pinochet. En realidad, de todos los conjurados contra Salvador Allende, los únicos que de verdad ganaron en toda la línea fueron los hoy grandes empresarios. El gobierno militar, según el Informe de Privatizaciones de la Cámara de Diputados, permitió que, a precio vil y con elevada pérdida fiscal, se entregaran bancos, empresas y tierras agrícolas del sector público a los empresarios que complotaron contra Allende e hizo posible además que algunos allegados a Pinochet como Yuraseck, Ponce Lerou y Andraca, se convirtieran de la nada en grandes señores. A todos ellos el golpe de 1973 sí les sirvió.


Además de las privatizaciones, acumularon fortunas con un modelo económico construido a su medida, sin oposición, con sindicatos ilegalizados y con prensa uniformada. Ahora, en democracia, sin cambios en el modelo económico, han acrecentado sus ganancias y sigue siendo determinante su influencia en el poder político. Estos son los verdaderos beneficiados del golpe militar.

09-10-07

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