lunes, 29 de noviembre de 2010

¡¡ Economía del Conocimiento!!

El Presidente Lagos encabezó una publicitada y masiva misión, con funcionarios públicos y empresarios privados, al Silicon Valley, en California, la que tuvo como anfitrión al mismísimo Bill Gates. Muchos esperábamos que a partir de ese momento se instalarían en ese lugar plataformas de desarrollo tecnológico que nos ayudarían a superar ese subdesarrollo que significa concentrarse en la producción y exportación de recursos naturales. Además, algunos nos hicimos la ilusión que se ampliarían las oportunidades para que muchos jóvenes modestos desarrollaran estudios de posgrado en los mejores centros mundiales de ciencias básicas y de investigación aplicada. Fue una promesa más. 

Mientras China, la India e incluso Costa Rica pueblan con edificios, empresas y fábricas tecnológicas el Silicon Valley, los chilenos todavía esperamos. 

Al mismo tiempo, la persistente mala educación en Chile y las escasas becas para estudiar e investigar en el exterior hacen que sólo los hijos de las familias más acomodadas tengan acceso al mundo de la información y el conocimiento. Estos jóvenes, al igual que sus padres, serán los próximos líderes, aquellos que dirigirán las empresas, los partidos políticos y el gobierno en los próximos años. Es la reproducción oligárquica del poder económico y político. 

De vuelta a las andadas. Ahora es el turno de Eyzaguirre. La tarea que se le ha asignado es mostrarnos la importancia de la “economía del conocimiento” (¡ otra vez más..!) y proponer políticas públicas para convertirla en realidad. A mediados de los noventa fue Carlos Ominami el que insistió en que “una nueva fase exportadora”, con agregación de mayor valor nacional a los productos, era fundamental para superar el subdesarrollo, mejorar el empleo y favorecer la equidad. 

La novedad que anuncia Eyzaguirre es que la agregación de valor a los productos no se puede hacer indiscriminadamente sino en torno a los mismos recursos naturales. La historia se repite. Sólo la moda cambia. 

A la espera del informe de Eyzaguirre, y antes que surja una nueva moda para superar nuestra condición de productores de recursos naturales, nada impide desplegar algunas iniciativas inmediatas. Para ello se requiere voluntad política y recursos. Los recursos están en la acumulación de dólares provenientes del inédito precio del cobre. Su utilización tiene, sin embargo, un doble impedimento: la regla del superávit estructural que inventó Eyzaguirre impide gastar; y, una masiva liquidación interna de los dólares provocaría una valoración aún mayor del peso, afectando a los exportadores. Nos hemos cazado en nuestra propia trampa. Sin embargo, siempre se puede, cuando se quiere. 

Mis amigos macroeconomistas me dicen que incluso respetando la regla del superávit estructural existiría un excedente disponible para el año 2007 de US$ 4.500 millones. Ahora bien, como el Banco Central es inmovil y no interviene el mercado cambiario, la utilización de los dólares habría que materializarla fundamentalmente afuera. 

La formas de invertir las platas en el exterior para avanzar un poquito en la “ economía del conocimiento” pueden ser las siguientes. Las irrisorias 210 becas del Mideplan, con miserables US$ 850 para manutención de los jóvenes debieran multiplicarse a lo menos por diez en cuanto a su número y por tres en su asignación individual. Sólo así será posible que los hijos talentosos de familias modestas tengan alguna posibilidad de calificarse en centros mundiales del pensamiento. 

En segundo lugar, la globalización y los TLC que nos llenan la boca serían mucho mejor aprovechados si tuvieramos jóvenes con expertise en las culturas, economías e idiomas de países lejanos. Para ello, nuevamente un programa decente y masivo de becas es imprescindible. 

Finalmente, si los mejores científicos chilenos pudiesen establecerse en los centros más importantes del saber mundial, en ciencias básicas y aplicadas, la “economía del conocimiento” recibiría quizás un pequeño aporte. Se necesita voluntad política y un poquito de imaginación. 

23-08-06

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