lunes, 22 de noviembre de 2010

DESIGUALDAD: EL VERDADERO RIESGO PAIS

Desafío de la desigualdad

La preocupación por la desigualdad remece la conciencia y el corazón del mundo progresista. El pensamiento y construcción ideológica socialista nace precisamente para explicar las desigualdades inherentes al capitalismo y para luchar contra ellas. Desde el punto de vista ético todas las desigualdades estremecen a las personas justas. Los seres humanos debieran tener igualdad de acceso a la salud, a la educación, a una vejez digna, independientemente de las diferencias de ingreso.  Al mismo tiempo, las diferencias étnicas, de sexo, raza o nacionalidad no debieran dar lugar a una discriminación en las oportunidades de trabajo ni tampoco restar el derecho a una vida digna.  Por otra parte, no existe libertad verdadera, libertad para elegir, en una sociedad cuando las oportunidades para el desarrollo de los individuos son generosas para unos pocos y restringidas para la mayoría.

En segundo lugar, los denominados males sociales contemporáneos, tales como la delincuencia, drogadiccion, violencia y narcotrafico se encuentran muy asociados a la diferencia de oportunidades entre el que nació en La Dehesa o en La Pintana. El candidato Lagos dijo en su famoso discurso de Curanilahue, con esa fuerza que le es tan propia: “debemos terminar con las desigualdades antes que ellas terminen por debilitar a la familia, la comunidad y la nación chilena”. La igualdad, entonces, no debiera ser sólo una preocupación socialista sino materia de interés general porque el vertiginoso aumento de esos males sociales coloca bajo condiciones de inseguridad al conjunto de la ciudadanía

En tercer lugar, existen estudios muy serios que demuestran que aquellos países con mayor igualdad tienen un crecimiento más elevado y sostenido en el tiempo. El Informe del Banco Mundial 2003 reitera esta tesis. En realidad, el sentido común indica que cuando existen profundas desigualdades en educación y en salud, como es el caso de Chile, se están desaprovechando los recursos humanos existentes en la sociedad. Con tales desigualdades no se puede potenciar de forma plena a la economía.

Es probable que por las razones descritas, los votantes de Ricardo Lagos desplegaran tanto entusiasmo cuando dijo, también en Cuaranilahue: “ Mejoraremos la distribución del ingreso, fortaleciendo las oportunidades de los que han quedado rezagados. Apoyaremos a la Pyme, la capacitación de los trabajadores, el desarrollo dela zonas atrasadas y el mejoramiento del poder de negociación de los más débiles. El reto que asumimos ahora es la lucha contra las desigualdades

Es lamentable constatar que lo dicho por el candidato Lagos no se haya materializado en su gestión presidencial. Ni el actual gobierno ni los anteriores gobiernos de la Concertación han impulsado medidas que apunten a reducir las desigualdades. Es verdad que éstas no se reducen de un día para otro, pero éramos muchos los que esperabamos que los gobiernos de la Concertación apuntaran, con actos y medidas, hacia tal propósito. Sin embargo, se ha privilegiado el crecimiento por sobre la equidad; se ha valorado el diálogo con los poderosos antes que con los débiles; se ha preferido el buen entendimiento con los representantes del capital antes que con los líderes laborales; se ha preferido recabar opiniones de los grandes empresarios antes que con los dirigentes de las Pymes. En suma, el propósito de la igualdad se ha quedado en la retórica.

Muy recientemente, y gracias a informes del Banco Mundial y de la OECD, es que se ha colocado el tema de las desigualdades en los medios de comunicación sin que cause escozor. Quizás por esta misma razón ya no sólo son las ONG y la izquierda extraparlamentaria las que hablan de un tema olvidado por el gobierno, sino que ahora se escucha a algunos parlamentarios de la Concertación y al mismísimo Ministro de Hacienda. Ojala que este discurso no obedezca a razones de la próxima contienda electoral y se traduzca en medidas de política, en acciones gubernamentales, en propuestas de ley. Porque la gente modesta está cansada que la brecha entre el decir y el hacer sea tan grande, como la brecha de la propia distribución del ingreso.

Desigualdad en el ingreso

El informe de Desarrollo Humano 2003 del PNUD y el Informe 2003 del Banco Mundial colocan a Chile entre los 12 países con la peor distribucion ingreso en el mundo. Entre Paraguay y Etiopía. Qué contraste irónico con la calificación que nos ubica  entre los veinte países con mayor libertad económica y con un bajísimo riesgo país. El Cuadro 1, mide el alto grado de concentración existente en Chile, el que contrasta con países del este y centro de Europa: mientras nuestro país tiene un coeficiente de concentración de 57,5, países como Dinamarca, Bélgica o Hungría están en un coeficiente de 25.
           
Es cierto que la desigualdad en Chile se arrastra por décadas, pero se profundiza a partir de 1974 con la implementacion del modelo neoliberal. Pero, lo que resulta incómodo e inaceptable es que entre 1990 y 2000 se profundizara la mala distribucion. En efecto, como lo muestra el Cuadro 2, el decil donde se clasifica a los hogares más pobres disminuye su participación en el ingreso en ese periodo, desde 1.4% a sólo 1.1%, mientras el 10% de los más ricos pasan desde 42.2% a 42.3%. A título de comparación resulta abrumador constatar que mientras en Chile la brecha entre el decil más rico y el más pobre es de 43:1, en Japón, Corea y Dinamarca no supera la relación de 10:1 (Cuadro 3).

El Director de Presupuesto, Mario Marcel, ha inventado una curiosa triquiñuela para demostrar que Chile no tiene tanta desigualdad. Argumenta que la inmensa brecha en los ingresos monetarios se reduce gracias a las transferencias sociales no-monetarias que entrega el Estado a los más pobres, como por ejemplo en salud y educacion. Pero esas transferencias, en primer lugar, dejan mucho que desear, ya que la educacion y salud para las personas de bajos ingresos son de bajísima calidad; en segundo lugar, esas transferencias también se hacían en dictadura; y, en tercer lugar, en los países con estados menos frágiles y más sensibles que el chileno esas mismas transferencias son muy superiores. Por tanto, si se quiere mostrar el grado de desigualdad incorporando las transferencias no-monetarias habría que comparar las cifras actuales con las del gobierno de Pinochet, el que terminó con las políticas sociales universales, inventó el concepto de focalización y ese sistema de transferencias; y, por cierto, también, sería interesante hacer esa misma comparación entre Chile y otros países a nivel mundial.


Desigualdad educacional

El argumento monocorde que se viene escuchando en el país es que con más y mejor educacion se mejoraría la distribucion del ingreso. Se trata de un argumento parcial que, más bien, intenta eludir la discusión sobre otros males que inciden más gravemente en la distribución del ingreso. Me atrevería incluso a decir que el asunto es al revés: la mala distribución del ingreso es la responsable de la mala educación.

La cobertura educacional es elevada en nuestro país, de manera que el problema central de ésta radica, en realidad, en la inmensa brecha de calidad entre la educación pública y la privada. O sea, lo que existe en Chile es una educación para ricos y otra para pobres. En efecto, sólo el 8.5% de los estudiantes se encuentran en colegios particulares pagados y, por tanto la inmensa mayoría está inscrita en escuelas públicas o en privadas subvencionadas por el Estado.

Los resultados de la prueba SIMCE ponen en evidencia la desigualdad de la enseñanza en Chile. En la prueba del 2003 la brecha en favor de las escuelas privadas fue de 65 puntos en castellano y 87 puntos en matemáticas. A ello se le puede agregar el indicador de que sólo cinco colegios municipalizados se encuentran entre los 200 establecimientos con mejores puntajes en la reciente prueba de admision universitaria (PSU). Para ver la significación de tales resultados es bueno conocer la fundada opinión de Mario Waissblush, ejecutivo de la empresa Invertec y director de la Fundación Chile. Destaca en La Tercera (28-04-04) que en los exámenes a profesionales para postular a su empresa, el 75% de los postulantes reprueban las preguntas sobre raciocinio aritmetico sencillo de 4º Medio. Adicionalmente, un reciente estudio de la Camara Comercio señala el hecho que los profesionales universitarios chilenos  tienen el mismo nivel de comprensión de lectura que un trabajador sueco que no terminó su enseñanza secundaria (El Mercurio, 01-07-04).

En suma, la calidad de la educación es mala, pero no para todos. No lo es para el 8,5 % de los niños de Chile, los nacidos en familias ricas que se educan en colegios privados, por una razón muy simple:  porque el gasto por alumno en colegios privados es de US $ 2.772 anuales, mientras que el gasto público por alumno alcanza sólo a US$ 600, vale decir cinco veces menos. Esta diferencia en recursos es la que facilita que los mejores profesores sean contratados por los colegios privados a los que se agrega infraestructura, bibliotecas y materiales de calidad. O sea, la desigual relación en la inversión entre colegios privados y aquellos financiados por el Estado es la que explica las brechas de puntajes indicadas arriba. Los argumentos de eficiencia o mal uso de los recursos que esboza majaderamente la derecha son secundarios, no hacen al centro de la cuestión.

La conclusion es obvia. Mejorar la calidad de la educacion, para potenciar la inteligencia de todos niños chilenos, pobres y ricos, obligaría a la sociedad a invertir a lo menos cinco veces más recursos en favor de las escuelas públicas o privadas con subvenciones estatales. Digo, a lo menos, ya que esa relación no toma en cuenta el handicap del medio ambiente familiar y barrial que debiera ser compensado para que todos los niños comiencen su carrera en la vida en el mismo punto de partida. De manera tal que para reducir la brecha de calidad  hay que meterse la mano al bolsillo, como dice Waissbluth. Pero sucede que sólo el bolsillo de las familias que se encuentran en los deciles que se llevan la mayor parte del ingreso es el que está lleno y, por tanto, es allí donde hay que buscar la plata. ¿Quién se atreve a ponerle el cascabel al gato?

Los gobiernos de la Concertación no se han atrevido a ponerle el cascabel al gato. Porque han habido tres reformas impositivas, pero todas regresivas, o sea éstas  afectaron a los pobres y no le hicieron mella a los ricos. Con Aylwin, el IVA subió desde el 16% al 18%. Con Lagos, hubo la reforma del 2001 para disminuir la elución tributaria la que incluyó una baja de los impuestos para los deciles de más altos ingresos (supuestamente para apurar la reactivación) y, luego, el aumento del IVA desde 18% a 19% el 2003, para recuperar aquellos recursos que habían mermado por la disminución arancelaria en los TLC con Europa, Corea y los Estados Unidos.

En este ámbito, como en otros, la señal de los gobiernos de la Concertación ha sido negativa. Las tres reformas impositivas golpearon a la gente más modesta, en una proporción mucho mayor que a los pudientes. Es que el IVA es el impuesto más regresivo y representa casi un 50% del total de la captación impositiva en Chile, lo que contrasta, por ejemplo con Estados Unidos en que ese impuesto alcanza apenas un 16% sobre el total. Además, los impuestos son bajos en Chile. Apenas un 17% sobre el PIB, mientras que en la media de la OECD es algo más de un 37%. Y comparo con la OECD pues el gobierno de nuestro país está trabajando decididamente para incorporarse a ese club de los ricos.

Consecuentemente, la opción es clara. Si se quiere mejorar la calidad de la educación el Estado deberá contar con mayores recursos para aplicarlos en favor de los niños de escuelas públicas. Para ello se necesita un compromiso y solidaridad nacional, ya que una buena educación para todos favorece no sólo la promoción social sino también apoyaría a los empresarios a competir mejor en el mercado nacional e internacional y, además, ayudaría a mediano plazo a reducir la delincuencia.

Reformas neoliberales, fundamento de la desigualdad

Pero si no es sólo la educación la que explica la mala distribución del ingreso y más bien ésta ayuda a entender su mala calidad en las escuela pobres ¿cuáles son los otros factores que están incidiendo en la dramática brecha de las desigualdades?.

Para ello es preciso revisar la institucionalidad economico-social que se estableció en Chile con las reformas de Pinochet, las que luego se intentaron generalizar a toda América Latina con el denominado Consenso de Washington o lo que suele calificarse también de neoliberalismo.  Es esta institucionalidad la que genera las condiciones para profundizar las desigualdades: las del ingreso y otras. ¿Cuáles son esas reformas, en su esencia?

  • Achicamiento del Estado y privatizaciones en el sector productivo y en servicios básicos.
  • Apertura económica indiscriminada al exterior.
  • El término de las políticas universales en salud, educacion y previsión, convirtiéndose lo social en un negocio empresarial. Paralelamente, el Estado cumple su tarea social en base a la focalización, o sea la escasa plata pública sólo es para atender magramente a los indigentes.

Esta institucionalidad, vigorosamente criticada durante la oposición a Pinochet, no fue modificada por los gobiernos de la Concertación y, más bien, es asumida plenamente. Es verdad que con el mayor crecimiento y el aumento del IVA en 1990, mejoró el empleo y la captación fiscal, lo que ayudó a la reducción de la pobreza en la década de los noventa. Pero, es preocupante que ese notable crecimiento en la década  pasada no se haya repartido equitativamente; por el contrario, generó una concentración económica nunca vista en Chile. O sea, la mayor parte del crecimiento ha beneficiado en gran proporción al gran empresariado nacional y extranjero, con una elevada concentración patrimonial. Allí está la razón fundamental de las desigualdades y de la que pocos se atreven a hablar.

Concentracion patrimonial y desigualdad


La concentracion patrimonial es la fuente primaria de la desigualdad. No sólo económica, sino social, politica y cultural. La revista Forbes coloca entre las mayores fortunas del mundo a Andrónico Luksic, Eleodoro Matte y Anacleto Angelini, ranking del que siempre estuvieron muy alejados los empresarios chilenos. Estos personajes y sus familias se convirtieron en ricos mundiales, primero, gracias a la dictadura y luego a la Concertación. No son los únicos que se han beneficiado de la apertura indiscriminada, de las privatizaciones, de un Estado timorato para regular y con “lo social” convertido en un negocio (AFP, ISAPRES, universidades y escuelas privadas). A estos poderosos los siguen otros de menor envergadura, pero tan ricachones como los anteriores: Ricardo Claro, Saieh, Piñera.y los capitalistas extranjeros aglutinados en la Telefonica, Enersis, Telecom, entre otros.

Los datos de la concentración son apabullantes:

  • 16 grupos económicos explican el 80% del producto nacional.
  • Entre 1994 y 2001 ha disminuido la participacion de las ventas de las pequeñas, micro y medianas empresas desde 27% al 22% del mercado.
  • Las colocaciones de la banca están fuertemente concentradas en el Banco Chile (18%), el que hace tres años absorbió al Edwards; el Banco Santander (24%), que también hace pocos años compró el Santiago; el Banco de Crédito e Inversiones (11%); y el Banco Hipotecario (7%), ahora convertido en BBVA, el más grande de España.
  • El sector financiero profundiza su concentración patrimonial, gracias a las AFP, negocio que lucra con el ahorro previsional: en 1993 habia 20 AFP, mientras hoy día solo existen 7. Estas manejan los US$ 45.000 millones que capta el sistema privado de previsión. Ademas, con el peso que les da el dinero de los ahorristas eligen directores en las empresas donde ellos hacen sus inversiones; vale decir, con ese dinero los dueños de las AFP participan en los directorios de otras empresas.
  • Tres grandes Almacenes (París, Falabella, Rypley) y dos cadenas de Supermercados (Jumbo y Lider) dominan el mercado del consumo, lo que les permite ahogar tanto a los pequeños empresarios como a los consumidores pobres. A los primeros, mediante fijación de precios a los proveedores, plazos de pagos más largos por las mercancías, cobro por publicidad y, en general traspaso de todos los riesgos. A los segundos mediante el cobro de tasas de interés usurarias, gracias a las tarjetas de créditos emitidas por los propios grandes Almacenes. Así la cosas, un producto que se compra con ese sistema de crédito puede duplicarse al pagarse en un período de un año. De manera tal que la baja inflación de los últimos años ha sido efectiva para los que pagan al contado y no para aquellas personas de escasos recursos que se ven obligadas a comprar al crédito.
  • Por último, en los productos para la salud sólo tres cadenas de farmacias (Cruz Verde, Ahumada y Salco-Brand) dominan el mercado, con evidente concertación de precios. La mayor prueba de ello es que las medicinas son los productos que más han subido de precios en estos años de baja inflación.

El alto proceso de concentración ha colocado en difícil posición a las pequeñas empresas, especialmente a partir de 1998, cuando disminuye el ritmo de crecimiento de la economía. Por una parte, los gobiernos no han tenido una política que ayude a las Mipymes a enfrentar un mercado en que los grandes capitalistas las oprimen sobre la base de fijarles los precios a las compras que les hacen. Por otra parte, bajo condiciones de bajo crecimiento, escasamente opera el derrame que las sostuvo antes de 1998 y, por tanto, la situación de desigualdad en que participan en él se agudiza. Esto es lamentable, no sólo para las Mipymes sino también para los trabajadores, ya que aquellas representan el 80% del empleo. Ello explica que el desempleo persista en las actuales condiciones de recuperación modesta.

Los gobiernos de la Concertación han tenido políticas insustanciales de apoyo y promoción de las Pymes. Los programas de la CORFO son básicamente pilotos y no masivos. Las reducciones de la tasa de instancia monetaria del Banco Central llegan al gran capital y no al pequeño. En efecto, con la tasa de interés actual del Banco Central de menos de un 2% los grandes conglomerados pueden obtener créditos en la banca entre el 3% y 3.5% a lo que se agrega la opción de conseguir recursos vía emisión de bonos en Wall Street, con tasas similares gracias al bajo riesgo país. En cambio, los microempresarios deben pagar tasas de interés cercanas al 35% y los pequeños empresarios entre 20% y 25%, con nula posibilidad de acceso a recursos internacionales.  

La concentración económica se proyecta dramáticamente a los medios de comunicación. El Grupo Matte controla la cadena de El Mercurio y el Grupo Saieh la cadena Copesa, ambas  con revistas y diarios repartidos a lo largo de todo Chile. Por otra parte, con Ricardo Claro controlando Megavisión y con influencias manifiestas de los grupos económicos en los otros canales de televisión, ya sea fácticas o a través de los propios directorios, el pensamiento único se convierte en incontrarrestable. Este pensamiento defiende precisamente, con toda su fuerza, la institucionalidad económico-social que reproduce sus intereses y descalifica, oculta o ataca virulentamente cualquier cuestionamiento a reformas mínimas que se le puedan introducir. En este caso, la concentración económica y su proyección a los medios es una expresión adicional de desigualdad que coloca en tela de juicio la trasparencia informativa y el derecho de la ciudadanía a recibir informaciones objetivas y enfoques interpretativos diversos.

Los gobiernos de la Concertación han sido timoratos y complacientes con la concentración económica. Pruebas al canto:

·         En primer lugar, su capacidad regulatoria ha sido débil e incluso, en algunos casos, como en CONAMA y en la Fiscalía Nacional Económica han debido salir los ejecutivos más críticos a las arbitrariedades de los poderosos. Los casos de Adriana Hoffman y Francisco Fernandez son manifiestos. Lo es también el caso de la comercialización ilegal del alerce, que ha colocado en el tapete público las presiones que hace años recibe la CONAF, las que recien han salido a relucir gracias a la perseverancia de ambientalistas y a la valentía de un abogado denunciante.
·         El préstamo del Banco del Estado al Grupo Luksic fue paradigmático del desinterés gubernamental por la concentración patrimonial y por las pequeñas empresas. Prestar a Luksic para que compre el Banco Chile y con esos recursos fusionarlo al Edwards tiene escasa presentación. A pesar de ello, tanto dirigentes de la Concertación como ministros del gabinete del Presidente Lagos defendieron tal operación y tampoco fue posible constituir una comisión investigadora en al Cámara de Diputados, a instancias de los pocos parlamentarios que repudiaron el hecho.
·         El Banco del Estado, llamado hoy día BancoEstado (gracias a la sugerencia de Eugenio Tironi) ha insistido en que su operatoria es similar a cualquier banco privado, lo que le ha servido para justificar el préstamo a Luksic. Sin embargo, esa concepción no permite cumplir con la función que tienen los bancos públicos en todo el mundo: ayudar con crédito barato a las pequeñas empresas.
·         Otro caso que apunta a la concentración, y en desmedro de la igualdad de oportunidades entre el gran capital y el pequeño, dice relación con la ley de pesca, dictada en el 2003, la que favoreció a las grandes empresas pesqueras y afectó a los artesanos.
·         Lo mas grave, sin duda, es el hecho de que los superintendentes de instituciones regulatorias como de las AFP, ISAPRES, sector electrico, entre otros, pasan al sector privado inmediatamente después que han dejado sus cargos. O, en otros casos, al revés, con personas que, después de desempeñar cargos gerenciales en empresas privadas, se han convertido en ministros o superintendentes. Estos perversos vasos comunicantes no ayudan a la democracia económica y se prestan a la corrupción.
·         Finalmente, es nulo lo que han hecho los gobiernos de la Concertación en favor de la democratización de los medios de comunicación. La tesis de que “ la mejor politica es la que no se hace”, impuesta por Tironi y Enrique Correa ha impedido confrontar la hegemonía del pensamiento dominante. Al mismo tiempo, es lamentable constatar el trato discriminatorio en el avisaje gubernamental, generoso con “ la gran prensa” y virtualmente inexistente con El Periodista, Plan B, Siete Más Siete o Rocinante.

La indefensión de los trabajadores: la desigualdad que mas duele


Mejorar la distribucion del ingreso necesita un movimiento sindical poderoso, altamente organizado y con capacidad de negociacion colectiva. Ha sucedido lo contrario en los gobiernos de la Concertacion. Los trabajadores sin contrato han aumentado desde un 18% al 23.2%. Si a ello se agrega la disminución de la tasa de sindicalización en más de 5 puntos en el mismo periodo y la reducción del porcentaje de trabajadores que pueden negociar colectivamente en 6 puntos, es posible explicarse la debilidad en que se encuentran los trabajadores chilenos.

Recientemente al abogado laboralista Diego Corvera, Presidente de la Asociación de abogados laboralistas, ha destacado que gran cantidad de trabajadores se ven afectados por mecanismos empresariales que utilizan el subterfugio de hacer difusa la persona del empleador, utilizando numerosas razones sociales para eludir el pago de gratificaciones y cotizaciones provisionales. Junto a ello está el uso abusivo de la subcontratación- el denominado outsourcing-  que en vez de utilizarse para funcionen distintas a las normales (seguridad, aseo, etc.) se aplica en el giro oficial de la empresa. Con esta triquiñuela pueden coexistir en la empresa trabajadores que realizan las mismas labores, pero que pertenecen a una o varias empresas subcontratistas, lo que impide la sindicalización y la negociación colectiva.  Gracias a estos mecanismos se establece una sucesión de contratos precarios de duración limitada, en los que, artificialmente, se les fija un término vinculado con un proceso productivo o una actividad que no corresponde con la realidad. Luego, vuelven a ser contratados, previo finiquito, completando un período de años sin estabilidad laboral. De esta forma y varias otras es que se ha acrecentado el trabajo precario en el país ( El Mercurio, 14-05-04).

Las iniciativas del gobierno han favorecido muy marginalmente a los trabajadores. Lo único destacable es el seguro de desempleo que, aunque poco generoso, apunta en una dirección positiva. Sin embargo, la reforma laboral propuesta durante el gobierno del Presidente Lagos no cumplió con dos temas que diferenciaron a su campaña electoral con la del candidato Lavín. Por una parte, la reforma no ayudó a potenciar la negociación colectiva y, por otra parte, tampoco se cerraron las puertas a la patronal para contratar trabajadores cuando estos  se encuentran en huelga. Mala cosa si a ello se le agrega que el Ministro del Trabajo ha sido majadero en insistir en la flexibilidad laboral, cuyos términos apuntan a debilitar aún más los trabajadores. Con esa postura se apoya, de hecho, a la SOFOFA que entiende que la reactivación de la economía y la recuperación de las utilidades empresariales deben cargarse a los trabajadores, aunque se utilicen el eufemismo de que la flexibilidad ayudaría al aumento del empleo. 

Finalmente, las arbitrariedades patronales encuentran serias dificultades de control por el escaso número de inspectores del trabajo frente a una elevada suma de violaciones del Código del Trabajo. Adicionalmente, la Dirección del Trabajo muchas veces es coartada por los fallos de tribunales los que, por la vía del recurso de protección, dejan sin efecto las sanciones cursadas por la autoridad.

Salud y desigualdad


La desigualdad en la salud es tan evidente como en la educación. La mortalidad infantil en Puerto Saavedra es 14 veces mas alta que en Vitacura. La mortalidad infantil en Independencia es siete veces mas alta que en Vitacura. Las expectativas de vida en zonas pobres son entre 10 a 20 años inferiores en relación a las ricas. Dos tercios de las horas medicas van al sistema privado que cubre menos de1/3 de la poblacion. Los recursos que por persona destina FONASA para atender a sus cotizantes y a los indigentes son varias veces inferiores a los de las ISAPRES. Sin embargo, los costos de administración de éstas son varias veces superiores a los de FONASA. A su turno, el servicio público debe atender muchas veces a los cotizantes de las ISAPRES, lo que debilita el quehacer público con los más desamparados.

Las desigualdades en las condiciones de salud entre pobres y ricos y en los recursos para enfrentarlas entre el sector privado y público son, entonces, manifiestas. Pero, a ello se agrega otra desigualdad que se presenta en el propio sector privado. Las ISAPRES no atienden a las personas mas débiles porque no les resulta rentable. Entonces, las ISAPRES, por ser prcisamente un negocio, no aceptan a ancianos, embarazadas y aquellas personas que tienen enfermedades catastroficas.

Previsión y desigualdad


Las Administradoras de fondos previsionales (AFP) nacieron con el discurso que responderían a la crisis del sistema público y que, aunque rechazaban el sistema solidario y valoraban los aportes individuales, darían plena satisfacción a los jubilados de nuestro país. En realidad, las AFP han favorecido el proceso de concentración y han entregado jugosas ganancias a sus dueños. La tasa de rentabilidad media anual de éstas en el periodo 1997-2003 fue de 30%, más del doble del resto de las actividades económicas, en una periodo en el que bajo la tasa de crecimiento del país. Entretanto, la rentabilidad de los cotizantes en el mismo periodo apenas supera el 6%.

Por otra parte, el anunció exitista de comienzos de la reforma previsional de que las AFP entregarían pensiones dignas a sus cotizantes ha resultado una completa falacia. A la fecha, la media de las jubilaciones entregadas por las AFP en el mismo periodo 1997-2003 es de $114.000, mientras que el desvalorizado INP entrega una cifra similar a sus pensionados. Por cierto que, en un sistema en que se ha roto con el compromiso previsional solidario, los ejecutivos de alto nivel en el mundo privado habrán obtenido altas jubilaciones, probablemente los únicos. Esta es otra expresión de la desigualdad que caracteriza a nuestro país.

La desigualdad: el “riesgo país” que importa

Cuando se revisa la profunda desigualdad que existe en Chile se puede afirmar que el “riesgo país” no es bajo. El aumento acelerado de la delincuencia, una corrupción que no existía en le pasado, la desafección juvenil, el aumento del consumo de droga y otros males sociales no pueden explicarse si se observa el país con el ojo complaciente del que analiza sólo el orden macroeconómico o el crecimiento del producto. El bajo “riesgo país” que asignan a Chile las empresas evaluadoras de Wall Street no considera la profunda  desigualdad existente ni las tensiones que ella genera.

Por ello es que la desigualdad debiera colocarse en el centro de las preocupaciones políticas. Se requiere una reflexión nacional ya no para caracterizarla sino para enfrentarla. Dificil, por cierto, ya que las oligarquías nunca han sido generosas para conceder y  además son ciegas e inmediatistas y no se dan cuenta que el futuro puede pasarles la cuenta, con tensiones sociales que pueden llegar a convertirse en insoportables. Por eso, la mayoría nacional y las personas responsables tienen que pensar en la urgencia de construir un Pacto Nacional por la Igualdad, como lo ha sugerido Jorge Arrate. Este debiera aglutinar a los trabajadores debilitados en su capacidad negociadora, a las organizaciones civiles que rechazan la actual institucionalidad económico-social, a los jóvenes maltratados por el sistema educacional, a los consumidores expoliados por las casas comerciales, a los pequeños empresarios agobiados por intereses usureros, a los pueblos originarios irrespetados en sus tradiciones. Allí también debieran estar los hombres y mujeres justos, los generosos, los sensibles, los responsables y los empresarios y políticos inteligentes que desean un Chile próspero para todos. El verdadero “riesgo país” de Chile podrá reducirse si toda la ciudadanía reconoce la dramática realidad de la desigualdad y se dispone a enfrentarla con generosidad y responsabilidad.

18-05-04

Cuadro 1

12 peores distribuciones de ingreso en el mundo
País 
Coeficiente de Gini
1
Namibia
70,7

2
Botswana
63,0

3
Sierra Leona

  62,0
4
Rep. Centroafricana
61,3

5
Swasilandia   
60,9

6
Brasil  
60,7

7
Nicaragua
60,3

8
Sudáfrica       
59,3

9
Honduras
59,0

10
Paraguay
57,7

11
Chile
57,5

12
Etiopía
              57,2
              Fuente: Informe de Desarrollo Humano PNUD, 2003 


Cuadro 2
Distribución del ingreso autónomo según decil per cápita del hogar
1990-2000
(porcentaje)
Decil     1990              1992                1994                1996       1998             2000
I             1,4                  1,5                   1,3                   1,3          1,2                1,1
II            2,7                  2,8                   2,7                   2,6          2,5                2,6
III          3,6                  3,7                   3,5                   3,5          3,5                3,7
IV          4,5                  4,6                   4,6                   4,5          4,5                4,5
V            5,4                  5,6                   5,5                   5,4          5,3                5,7
VI          6,9                  6,6                   6,4                   6,3          6,4                6,5
VII         7,8                  8,1                   8,1                   8,2          8,3                7,9
VIII    10,3                10,6                 10,6                 11,1        11,0              10,5
IX       15,2                14,8                 15,4                 15,5        16,0              15,2
X         42,2                41,9                 41,9                 41,6         41,3             42,3
Total   100,0               100,0               100,0               100,0     100,0             100,0
Fuente: MIDEPLAN, Encuestas CASEN, 1990-2000

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