lunes, 22 de noviembre de 2010

¡ AL FIN BOLIVIA…!

Evo Morales triunfó con una mayoría arrolladora.  Al fin se le entrega a un indígena la oportunidad de dirigir los destinos de Bolivia. Después de quinientos años de explotación, engaños y humillaciones, los indígenas han recuperado la esperanza. Dictadores, dictadores reconvertidos en aparentes demócratas y  presidentes que prefieren hablar en inglés promovieron la exclusión de las culturas ancestrales. Aymarás, quechuas, tupis, guaraníes y tantos otros pueblos originarios hoy se reencuentran con su historia.

Empresas gasíferas, economistas neoliberales, la Embajada norteamericana y la DEA habían optado por Quiroga en el entendimiento de que Evo Morales era una “mala señal” para los negocios y para la estrategia de frenar el narcotráfico. Los desafíos que se le presentan al nuevo Presidente son, entonces, de envergadura. Evo deberá luchar contra los poderosos. 

En el ámbito económico tendrá que enfrentarse a las exigencias macroeconómicas del FMI y contrarrestar a las “evaluadoras de riesgo” de Wall Street, que aconsejan a los inversionistas internacionales en función del grado de acercamiento a las políticas económicas exigidas por Washington. 

En el ámbito político, no le será fácil desafiar la obsecada politica norteamericana que prefiere atacar la produccion de coca antes que el consumo y sus redes financieras.

El fracaso manifiesto del modelo de exclusión económica que impuso el neoliberalismo desde mediados de los ochenta y la exclusión cultural que ha caracterizado a Bolivia por siglos, colocaron a Evo Morales en el centro de la vida política boliviana y hoy lo convirtieron en su Presidente. Pero, éste, aún con su abrumadora mayoría, necesitará de un vigoroso apoyo del entorno regional para dar viabilidad a su proyecto. El nuevo presidente de Bolivia no esta aislado en la region. 

Cuenta con la declarada solidaridad de Venezuela y con apoyos manifiestos de Brasil, Argentina y Uruguay. El propio Presidente de Chile ha saludado la contundente votación del Presidente del Altiplano.

Pero las buenas voluntades de los gobiernos de la región a favor de Morales no son suficientes. Debieran convertirse en expresiones concretas a la hora que sus políticas comiencen a implementarse. 

Esta es una nueva oportunidad para probar si la integración regional es retórica o realidad. Bolivia es el país más pobre de Sudamérica y requiere de asistencia técnica, inversiones y recursos líquidos para su relanzamiento económico. 

Paralelamente, es probable que se produzcan serias discrepancias con el Departamento de Estado norteamericano  en torno al tema de la coca. Un decidido apoyo político y económico de los países más fuertes de Sudamérica constituye un requisito para favorecer la viabilidad  de la gestión del nuevo Presidente. 

Estamos hablando de la viabilidad del primer gobierno indígena del continente, lo que nos coloca un desafío ético y político a todos los pueblos y gobiernos de la región. 

Consecuentemente, todos los países vecinos a Bolivia tiene que asumir una responsabilidad compartida para terminar con las exclusiones étnicas y sociales y facilitar el progreso y la modernización de los hermanos bolivianos. 

Esta es la hora de Bolivia. Es la oportunidad de los excluidos.

21-12-05

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